Exposición muestra Valparaíso de la A a la Z
Partió como una afición por las tipografías callejeras, se transformó en una cuenta de Instagram con miles de seguidores y ahora tomó la forma de Abecedario Porteño, una muestra montada por Cristina Vergara y Catalina Dib que rescata la identidad y el valor patrimonial de la ciudad puerto.
Compartir
La B de Bogarín, la G de Guria, la Z del Cinzano, la W de Santiago Wanderers. Quienes conozcan Valparaíso saben que esas tres letras contienen jugo de naranja, pan fresco y bohemia, respectivamente. Son algunas de las letras más emblemáticas del Abecedario porteño que hace tres años comenzaron a coleccionar estas dos amigas residentes de la ciudad puerto.
Cristina Vergara es diseñadora gráfica y Catalina Dib es licenciada en historia. La primera llegó a vivir a Valparaíso en 2018 y como amante de las tipografías, comenzó a fotografiar carteles y señaléticas de la ciudad. “Me llamó la atención la cantidad de letreros originales. Empecé a subir fotos, y noté que la gente interactuaba”, cuenta Cristina. Junto a Catalina se les ocurrió almacenar estas letras en una cuenta de Instagram, que bautizaron @Typovalpo, y en un par de semanas comenzaron a sumar miles de seguidores y a recibir comentarios. Sin proponérselo, habían creado una comunidad.
Ver esta publicación en Instagram
“La gente recuerda sus propios lugares: “He pasado por ese muro”, “Allá compro el pan”, “Iba a esa zapatería con mi abuelo”. Mucha gente me manda fotos de cerros que yo no frecuento”, comenta la diseñadora. Existe una estética propia del comercio local e informal, recalca Catalina. “Es algo vernacular. Otras ciudades más modernizadas tienen grandes cadenas comerciales y stripcenters con marcas estandarizadas. En Valparaíso los locatarios hacen sus propios carteles, y muchos han pasado de generación en generación”, agrega.
Esa nostalgia porteña y conexión emocional, explicaría la buena llegada que generó la iniciativa tipográfica. “Es patrimonio vivo. Un recorrido por lugares icono del puerto que ofrecen productos súper especiales y típicos de aquí”, dicen.
Para obtener más información de cada letra escogida, muchas veces tuvieron que tocar timbres. “A veces era difícil de entender: Hola señor, me interesa la S de su cartel”, cuentan. Al propietario de la clásica panadería Guria, un octogenario, les costó explicarles en qué consistía el proyecto. “Nos faltaba una X hasta que encontramos la reparadora de calzados Relax. O la Ñ de La Porteñita”, señalan respecto de algunas de las letras más escurridizas.
fotografía Carlos Faúndez
fotografía Carlos Faúndez
Cristina destaca el carácter lúdico de la muestra: “Nos gusta que sea algo liviano y transversal para levantar el ánimo de la ciudad en un momento en que estaba todo de capa caída y cerrado, entre el estallido y la pandemia”. Su compañera de proyecto coincide: “En este momento en que hay tanta división en el país, creemos que esta exposición puede gustarle a todos. En la sala hay un cuaderno y nos dejan muchos mensajes de felicitaciones y gracias”.
“Vamos a estar en la vía pública y nos hace sentido. Será un experimento, puede que alguien se lleve una letra o las rayen pero lo pensamos en formato guerrilla, para que sea barato y fácil de producir. Las letras se pueden imprimir en cualquier parte”, apuntan. Ahora quieren realizar una itinerancia por otras ciudades de Chile, como una manera de levantar la historia de Valparaíso.
También están proyectando una línea llamada Puerto tipográfico con otras ciudades puertos que tienen una historia similar de inmigración y dinamismo. La universidad de Rosario, Argentina, las invitó a realizar un taller, y Cristina estudiará un máster en Barcelona, donde también podría replicar el proyecto. Tampoco descartan crear una línea de productos o desarrollar una App. El abecedario queda abierto.
Cuando en octubre de 2020, tras prácticamente un año de cierre debido al estallido y luego a la pandemia, se anunció el cierre del local, la opinión pública y los porteños en especial, lamentaron la noticia. Meses después, en abril de este año, se supo de su resurrección. Fernando Troncoso, dueño del inmueble donde está ubicado el bar restaurante, decidió adquirirlo y darle nueva vida manteniendo su identidad histórica.
Mariano Muñoz, administrador del local, confirma que siguen los trabajos de mantención al interior y que están a la espera de algunos permisos de recepción, pero asegura que esperan abrir a público los primeros días de septiembre. "Antes del 18", promete.
El Cinzano se mantiene igual en su estructura pero ahora recuperó su salón de baile en el segundo piso, que llevaba décadas cerrado, y que por el momento funcionará con mesas. Actualmente Valparaíso se encuentra en Fase 3 y con toque de queda a las 00:00, si la situación sanitaria se mantiene así, la vida nocturna podría comenzar a resurgir. En tiempos normales la capacidad del local es de 150 personas, pero mientras estén activos los protocolos Covid-19 el aforo alcanzaría para 70 personas, señala Muñoz.
Ahora están a la espera de algunos permisos y las obras del museo que albergará la historia de distintas ramas migratorias de Valparaíso están proyectadas para comienzos del 2022. "Queremos reconstruir la historia de la ciudad en un lugar activo que muestre los valores culturales, gastronómicos, musicales y comerciales de los inmigrantes".