Mauricio Claver-Carone: el presidente del BID traza su ruta
Que no lo conocen. Y que había prejuicios. Así responde el recién asumido presidente del Banco Interamericano de Desarrollo a los que criticaron su candidatura. Claver-Carone dice que quiere impedir que se pierda toda una década en la región por culpa del coronavirus.
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“Soy abierto a la critica, no soy tímido, ni tengo inseguridades. Desafortunadamente, casi todo el mundo que me criticaba, nunca me ha conocido, así que los invito a un café a todos los críticos”. Al otro lado de la cámara, desde Washington, un recién asumido presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) Mauricio Claver-Carone destaca que este es su séptimo día trabajando en este cargo. Aunque no fue fácil llegar ahí.
Hasta la semana pasada, era uno de los más altos asesores en política comercial del gobierno de Donald Trump. Y por eso, por su nacionalidad estadounidense con raíces en Cuba, es que un inédito movimiento de figuras de varios países, incluido Chile y sus ex presidentes y cancilleres, se opusieron tenazmente a su candidatura. Desde 1960, cuando se creó el BID, el presidente había sido un latinoamericano. Es más, el primero fue el chileno Felipe Herrera.
“Me siento halagado porque 23 de los 28 países sí apoyaron mi candidatura. En 2005, Luis Alberto Moreno recibió 20 de los 28 países. Los que se abstuvieron, al día siguiente conversé con casi todos ellos”, cuenta Claver-Carone. Entre esa lista de llamados estuvo Chile.
Al teléfono, conversó el pasado 13 de septiembre con el mismísimo Presidente Sebastián Piñera, el canciller Andrés Allamand, y el ministro de Hacienda, Ignacio Briones. “Tuvimos muy buenas conversaciones. El pasado es el pasado, estamos mirando netamente hacia el futuro”, dice, sin desclasificar el tono ni el contenido de esas llamadas.
Otra de la serie de críticas que recibió previo a su elección, fue del ex presidente Ricardo Lagos, quien dijo que su nombre carecía de legitimidad para ser presidente del banco. “Eso es un comentario ilógico, pero está en su derecho a decir lo que quiera. No conozco al presidente Lagos, me parece una persona con un gran amor a su país y a la región y me encantaría tomarme un café con él y conversar sobre el futuro. No critico a personas que no conozco”, dice tajante.
Claver-Carone habla de memoria. Lanza cifras sin mirar papeles ni apoyos. Cuenta, por ejemplo, de los primeros problemas que identificaron que se generarán en la región post pandemia, y de lo cual hablaron este miércoles en la primera reunión de la junta directiva del Banco.
“Las necesidades del sector salud que existen en la región son de más de US$ 150 mil millones. Vamos a tener un incremento de más de 40 millones de personas que van a entrar en la pobreza, más de 25 millones que van a entrar a la pobreza extrema. 50 millones de personas van a bajar de la clase media, después de décadas de esfuerzo para poder entrar en ese segmento”.
Y sigue: Entre un 17% a 20% de los jóvenes del subcontinente no van a poder asistir a clases virtuales, porque no tienen Internet o porque la conexión es paupérrima. Pero también, otro problema que ve en la región es la baja integración comercial y financiera entre los países del bloque. Solo el 16% del comercio total está integrado. Lo que se compara negativamente con el 55% que ostenta Asia y el 65% de Europa, que venden y negocian como bloque y no como países por separado.
Pero también le preocupa que muchas economías pequeñas están pasando por serios problemas para conseguir financiamiento en los mercados. Y ahí el rol del BID será clave en auxiliarlos a costos razonables. “19 de los 26 países prestatarios son pequeños. Una de las prioridades y enfoques que quiero tener en esta gestión, es ser el presidente de los países pequeños”, apunta.
Ya tiene un plan de trabajo desplegado. “Una de las cosas que sí quiero hacer es que nos enfoquemos en calidad, no cantidad. El BID no tiene la cartera para estar en todas partes, tenemos que enfocarnos en las operaciones y proyectos donde podemos tener más impacto en cada país”, afirma.
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Es más, el segundo día de su gestión tuvo una reunión con David Malpass, presidente del Banco Mundial y con Kristalina Georgieva, directora gerente del FMI. “Una de las cosas que quiero hacer es ser el primer banco regional en poder ejecutar plataformas conjuntas de ayuda a los países. Quiero con cada país sentarme y delinear cómo podemos tener mayor impacto basado en sus realidades”, explica.
En Chile por ejemplo, donde mayor impacto pueden tener es con el sector privado directamente versus otros donde hay que inyectar capital a través de los gobiernos. “Uno de los proyectos que más me entusiasma es el del BID Invest con el cable submarino de Chile hacia Nueva Zelandia, que puede tener un impacto muy grande. Es el tipo de impacto que afectaría a otros países de la región”.
Y es que para Claver-Carone, la receta para que la región se recupere de una pandemia que la golpeará fuertemente, no es secreta. “Yo soy de Washington y el secreto del éxito económico de Estados Unidos es obvio, no es una receta secreta como la del Kentucky Fried Chicken. El motor de nuestra economía son las pequeñas y medianas empresas, y que tengan acceso a capital. Ahí el rol del BID Invest va a ser clave, y vamos a crear mecanismos más creativos. Pero también hay mucha flexibilidad laboral y muchas familias se mudaban de un lugar a otro por trabajo. Obviamente en algunos países de Latinoamérica eso hoy es un poco complicado, pero la conectividad digital permite incrementar la productividad y dar más flexibilidad laboral que antes no existía”, dice.