Software chileno de recursos humanos en la nube se amplía por Latinoamérica
Fue un emprendimiento que tuvo un lento despegue hasta que WOM confió en ellos. Esa fue la vitrina que necesitaban para dar a conocer su servicio, que hoy es utilizado por más de 3 mil empresas nacionales. Ya aterrizaron en dos países de la región, y ahora lo harán en México.
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Están trabajando con short y zapatillas. Pero no en la casa, como literalmente lo ha hecho casi todo el mundo desde hace un año. La oficina de Buk, ubicada en Rosario Norte, y que en palabras sencillas llevó el clásico trabajo de recursos humanos a la nube, opera bajo modalidad semipresencial, por lo que en este momento hay trabajadores en la oficina.
Todo parece normal, de no ser por las mascarillas y el espacio que hay entre los trabajadores. En una sala de reuniones se encuentran tres de los cuatros socios fundadores: Jaime Arrieta (34), Santiago Lira (33) y Felipe Sateler (34). Y ellos justamente crearon un software de recursos humanos que ha subido como la espuma en medio de la pandemia, cuyo propósito parece simple: que los trabajadores estén contentos.
¿Cómo? A través de la entrega de herramientas para que las empresas logren mejorar la felicidad de su equipo. Estas abarcan las áreas de recursos humanos, que van desde el pago de liquidaciones de sueldos y vacaciones, así como asuntos más blandos, como la cultura o los beneficios que se entregan. El sistema también permite potenciar los talentos de los trabajadores al interior de la empresa y atraer a nuevos miembros.
El emprendimiento surgió en 2017, pero Jaime traía la idea hace unos años en la cabeza. Antes de partir a Estados Unidos a estudiar un MBA en 2015, realizó una asesoría a una empresa que tenía excesiva rotación de personal y problemas en el área de recursos humanos.
"Estaban rodeados de papeles, peleaban con los Excel y se equivocaban en los pago. Ahí vi el problema y pensé que se podía automatizar", comenta Arrieta, ingeniero civil de profesión.
Producto de su viaje guardó la idea, hasta que el destino lo situó como compañero de clases con Santiago Lira, quien en ese momento trabajaba en Falabella, empresa que pagó su especialización. Fue Lira quien lo invitó a a emprender y con eso reactivó la idea de solucionar el problema que observó antes de irse. Le faltaba la parte técnica y recurrió a su amigo de toda la vida, Felipe Sateler, que estaba dedicado junto a su hermano Ricardo (37), el cuarto socio, a generar softwares.
"Juntamos esas tres fuerzas. Investigamos, hicimos llamados y confirmamos que era un problema que se repetía. Retornamos a Chile y nos lanzamos a programar", dice Arrieta. En 2017 comenzaron el emprendimiento sin participar de ningún levantamiento de capital, sino con sus propios ahorros, lo que significó que Felipe y Jaime tuvieran que trabajar en algo extra para generar ingresos.
Lira asumió como gerente de desarrollo en Falabella.com y debía "pagar el auspicio del MBA", señala bromeando. Al emprendimiento le dedicaba todas las tardes y fines de semana, su trabajo lo privaba de estar full con sus socios.
Jaime Arrieta, Santiago Lira y Felipe Sateler en las oficinas de Buk.
Tenían una pequeña oficina donde estaban los cuatro fundadores y con el paso de los meses sumaron a Teresita Morán (33), la actual gerenta comercial. Comenzaron a llegar los primeros clientes, que no estuvieron exentos de problemas. "El primero quebró al mes de contratarnos", recuerdan al unísono.
A finales de 2017 ya habían convencido a los primeros clientes, y Wom lanzó una licitación para que empresas se hicieran cargo del área de recursos humanos. Arrieta lo vio como una gran opción, mientras que Felipe Sateler era reticente a participar. El primero se inscribió igual, pagando -de su bolsillo- cerca de $ 100 mil en la postulación. "No perdíamos nada, éramos cuatro personas versus agencias grandotas de los recursos humanos", indica Arrieta.
Finalmente, ganaron la licitación y la compañía les confesó el porqué de su decisión: "Nos gustan los emprendimientos y nos jugamos por ustedes, pero si no resulta los vamos a perseguir toda la vida".
Ese atrevimiento fue el despegue. Llegaron nuevas compañías, lo que los hizo crecer y ser sostenibles. En 2018 facturaron US$ 1 millón y triplicaron su personal, pasando a 12 trabajadores. Ante este crecimiento, Santiago Lira decidió renunciar a Falabella, pese a que aún no cumplía con el "pago" de su MBA a la tienda del retail.
Consideran que su éxito fue dado a que reaccionaron ante el problema que encontraron, entregando una solución. "El espacio estaba para llegar y ser atacado. Pensábamos que éramos los únicos, lo que fue ingenuo, ya que existían otros sistemas en el mercado que solucionaban estos problemas. Tal vez si hubiésemos conocido a la competencia, no nos habría ido tan bien", reflexiona Arrieta.
Cuestionaron la forma de trabajo de la industria, y así fueron capaces de innovar y ser disruptivos. "Fuimos los primeros en tener las nóminas y planillas en la nube. Las empresas al principio no se atrevían a lo digital. Fue difícil convencerlos", reconoce Sateler, CTO de la marca.
El modelo de negocios consiste en que ellos cobran una suscripción mensual por el número de colaboradores que tiene cada empresa. Por ejemplo, una compañía debe desembolsar mensualmente cerca de $ 3 mil por cada trabajador al que le deben pagar su sueldo.
Trabajadores de Buk durante la pandemia. Trabajan en modalidad semipresencial para resguardar la seguridad al interior de la oficina.