La opa hostil de Glencore sobre Teck, última gran batalla corporativa por el carbón en el mundo
Sumitomo y el fondo de Noruega se enfrentan a China Investment Corporation en la operación que decide el futuro de los grandes grupos mineros.
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La mayor oferta pública de adquisición (opa) de 2023 afronta su semana clave, al celebrarse una enconada junta de accionistas deTeck Resourcesen la que puede decidirse el futuro de la propuesta de compra de US$23.000 millones de dólares formulada sobre este grupo canadiense por la compañía minera suizaGlencore.
El miércoles26 de abril, los accionistas de Teck están convocados enVancouverpara votar un plan deescisiónde los activos de la empresa que, de salir adelante, haría descarrilar la opa de su rival. La separación consiste en apartar las minas de carbón en una nueva compañía,Elk Valley, que cotizaría por separado. El resto del grupo pasaría a llamarseTeck Metalsy se centraría en la producción decobre y zinc.
Esta iniciativa, presentada en febrero, quedó en el aire el3 de abrildespués de que Glencore, la firma cuyo origen está en el trader de materias primasMarc Rich & Co, saltara a la arena con una atrevida propuesta de fusión con Teck.
Fusión y división
La idea inicial de Glencore -dueño de Asturiana de Zinc entre otros negocios- era pagar la compra de Teck íntegramente con acciones. Y una vez unidas las dos mineras, se haría una escisión de los activos combinados demetalespor un lado y decarbónpor otro.
Ante el rechazo del consejo de Teck a esta transacción, Glencore se ha mostrado dispuesta a pagar en metálico por lapatade la producción de carbón, ofreciendo US$8.200 millonesen efectivo. Tampoco ha convencido este cambio a los responsables de la empresa canadiense, que controlaNorman Keevil, por lo que la minera suiza ha optado por dirigirse directamente al resto de accionistas prometiéndoles una potencialmejora adicional de la opasi votan contra la escisión en la junta que se celebra pasado mañana.
Riesgo medioambiental
El principal argumento de Teck contra la transacción es el riesgo ligado a la responsabilidad social corporativa (ESG) que supondría unirse a Glencore. Esta minera es la única entre las grandes del sector que mantiene la actividad deproducción de carbón(la materia prima fósil más contaminante), ha sidomultadaen varias ocasiones por sobornos y tiene actividad en países conflictivos comoRepública Democrática del Congo y Kazajistán.
Además de Keevil, de cara a la junta de accionistas van a votar a favor de la escisión (lo que iría contra Glencore) accionistas significativos comoSumitomo, Blue Bell Capital y Norges Bank Investment Management. El fondo soberano de Noruega salió del accionariado de Glencore hace tres años, enrepulsapor su impacto negativo medioambiental, y parece claro que no quiere regresar canjeando sus acciones de Teck.
Sin embargo, en contra de la reorganización de Teck (y a favor de Glencore) estáChina Investment Corporation, así como los principales asesores de voto oproxy advisorsde los grandes fondos (ISS y Glass Lewis), que podrían movilizar a muchos inversores financieros.
Aunque la escisión necesita dos tercios de apoyo en la junta, los analistas de Jefferies creen que "laprima de precioofrecida por Glencore no es lo suficientemente elevada para atraer el respaldo de los accionistas".
Combustible tóxico
En cualquier caso, la batalla es un reflejo de la toxicidad del carbón para los grandes grupos mineros, y ésta podría ser laúltima gran batalla corporativapor las minas de esa materia prima, que parecen abocadas a quedar englobadas enpequeñas empresaso en firmas controladas por inversores o fondos fuera de Bolsa.
Incluso si Glencore pierde este combate, todo apunta a quesegregará y venderá su negocio de carbón, aunque sea menos atractivo que integrado con la división de Teck.
Si se da esa separación, hay rumores de que BHP o alguna otra minera podría opar el resto de Glencore. Chris LaFemina, analista deJefferies, lo ve difícil: "Aunque BHP esté buscando adquisiciones, Glencore tiene una fuerte exposición a regiones de alto riesgo y podría crear problemas con lasautoridades anti-monopolio".
División en el accionariado
Teck Resources tienedos clases de acciones. Las de tipo A, con mayores derechos de voto, están en manos deNorman Keevil y de Sumitomo. Las acciones de clase B están repartidas entre inversionistas financieros, liderados porChina Investment Corporation (CIC). De cara a la junta, donde hace falta el voto favorable de dos tercios de los dueños de ambos tipos de acciones para aprobar la escisión del grupo minero, existen posiciones encontradas.
Keevil, con una mayoría de las acciones de clase A, pide el apoyo a su plan de segregación de los activos de carbón y acusa a Glencore de una oferta oportunista y de tener una negativa trayectoria en responsabilidad social.
Sumitomo, que tiene el 18,9% de las acciones de clase A, defiende el plan de escisión de Teck, ya que puede crear más valor a largo plazo.
China Investment Corporation (CIC), con un 10% de los títulos de clase B, va a votar contra la separación de Teck porque quiere que la empresa se siente a negociar un acuerdo con Glencore.
El fondo soberano deNoruegava a utilizar su 1,5% de la clase B para apoyar al consejo de Teck. En 2020, desinvirtió en Glencore por su impacto medioambiental negativo.
LosproxiesISS y Glass Lewisaconsejan votar contra el plan de escisión y buscar una mejor oferta de Glencore.