El alza de los precios ha sido brusca en el viejo continente. El pasado diciembre, elaceite virgen extra-el más caro, elaborado a partir de aceitunas prensadas en frío- alcanzó los 5,5 euros por litro en Italia. Esto suponeun aumento del 50% respecto al año anterior, y casi el doble del precio de 2020. Otros aceites de oliva han subido aún más.
El aceite de oliva es unproducto básico en los países productores:la salsa de tomate casera lo lleva en altas cantidades. Yla creciente popularidad de la dieta mediterránea ha incrementado el consumo de aceite de oliva en todo el mundo, duplicándose desde 1990.
Pero el repunte no se debe a un uso liberal del aceite.Es el suministro el que ha caído. Las jugosas aceitunas son el producto de un clima templado y algo de lluvia.Un verano abrasador en Italia y España, los dos mayores productores,ha hecho caer la producción europeaun 34%, según estimaciones de la Comisión Europea.
La subida de precios va a generar efectos en los consumidores. Pero no tanto para los de Reino Unido y Estados Unidos, donde el aceite de oliva sigue siendo un producto de nicho y elitista. El consumo per cápita es de sólo un litro al año. Sin embargo, españoles, italianos y griegos totalizan 10 litros por cabeza. Según estos cálculos, una familia de cuatro miembros a la que le guste el aceite de oliva virgen extra podría gastar unos 220 euros al año. Ahora tienen un buen incentivo para pasarse a aceites más baratos, aunque sólo sea para cocinar.
Las empresas que venden aceite de oliva también pueden verse perjudicadas, ya que tienendificultades para repercutir la subida de precios a los consumidores.Deoleo, controlada por CVC y líder mundial en la producción de aceite de oliva con marcas comoCarapelli y Bertolli, salió de una reestructuración de su deuda en 2020. Su margen de ebitda caerá al 3,15% de los ingresos en 2023, según las estimaciones de S&P Capital IQ, frente al 5,4% de 2021.
Las cosechas de aceitunas tienen años buenos y años malos. Pero el temor es quelos calurosos veranos mediterráneos sean cada vez más frecuentes a medida que avanza el cambio climático.Eso añadiría un aceite de oliva más caro a la lista de consecuencias, y significaría malas noticias para los días de ensalada.