Fitch deja rating de Islandia en nivel de 'bonos basura'
Esto se debe a las repercusiones de la reciente crisis económica que afectó a la economía de este país.
La crisis dejó el ráting de una economía occidental como la de Islandia al nivel de los 'bonos basura'. Fitch ha recortado hoy su calificación de BBB- a BB+, por debajo del grado de inversión, como respuesta al inesperado veto a la ley que garantizaba la devolución de préstamos recibidos de Reino Unido y Holanda
Las rebajas de ráting a 'bono basura' no son exclusivas de las economías emergentes. Uno de los países occidentales más afectados por la crisis financiera, Islandia, pasó a formar parte del club de países con una calificación crediticia inferior al grado de inversión.
Fitch ha anunciado una nueva rebaja del ráting de Islandia, desde BBB- hasta BB+, y en su informe, además, sitúa su perspectiva en 'negativa', por lo que deja la puerta abierta a otros recortes en su calificación.
La propia agencia explica que la decisión se produce como respuesta al referéndum que se celebrará en Islandia para decidir si indemnizan a los ahorradores e inversores de Reino Unido y Holanda afectados por la quiebra de los bancos del país.
La convocatoria del referéndum se produce porque este martes, el Presidente islandés, Olafur Grimsson, dijo que vetará la leyaprobada por el Parlamento que obligaba al Gobierno a pagar más de 5.000 millones de dólares de deuda. "Es el deber del presidente de Islandia asegurarse que los deseos de la nación serán satisfechos", dijo Grimsson al anunciar una decisión prácticamente inesperada en el mercado.
La ley vetada, que fue aprobada el pasado 30 de diciembre por el 'Althing', el Parlamento de Islandia, reconocía la garantía estatal para el reembolso de los préstamos concedidos por el Reino Unido y Holanda al 'Fondo de Garantía para inversores y ahorradores', destinado a cubrir el pago de las garantías de depósito mínimo para ahorradores en las filiales del Reino Unido y Holanda del colapsado Landsbanki's Icesave.
Los gobiernos de los países afectados, Reino Unido y Holanda, han criticado inmediatamente la decisión. Mientras que Londres dijo que "espera resolver este tema lo antes posible", Amsterdam fue más duro y dejó claro que estaba "extremadamente desilusionada".
La posición adoptada por sorpresa por Islandia no sólo amenaza con airear una disputa con Reino Unido y Holanda. Según destaca hoy Fitch, "crea una renovada ola de incertidumbre política, económica y financiera", y supone un fiasco en los intentos de normalizar las relaciones financieras con el resto de países.