Nike apuesta a que sus zapatillas ultra livianas la eleven como el viento
El proceso de tejido de las Flyknit reduciría los costos lo suficiente como para no depender más de la producción en Asia y acortaría el tiempo de despacho, al armar el calzado directamente en los mercados de destino.
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Nike diseñó una nueva zapatilla para correr, ahorrando costos y peso, que podría transformar la industria de calzado liviano ya que fue creada intentando resolver una antigua demanda de los atletas: hacer que las zapatillas sean tan cómodas como si fueran calcetines.
“Pensamos bastante en supuestos”, dijo a Bloomberg el director de estudio de innovación de Nike, Ben Shaffer. “Esto fue un supuesto. ¿Qué pasaría si hiciéramos zapatillas-calcetines?”.
Nike intentó antes darle atributos de calcetines al calzado, partiendo en los ‘80 con una zapatilla de malla muy liviana llamada Sock Racer (Calcetín Corredor). Más intentos prosiguieron, y aunque obtuvieron comodidad, no fueron lo suficientemente duraderos para correr o hacer otros deportes.
El mayor fabricante mundial de productos deportivos ahora dice que encontró la solución con Flyknit, un zapato hecho de hilo sintético tejido por una máquina de coser. Además de darle a Nike una ventaja en la categoría de rápido crecimiento del calzado liviano para correr, los ejecutivos dicen que el nuevo proceso de tejido podría reducir los costos lo suficiente como para sacar la producción de Asia y algún día permitir que cualquiera personalice su calzado según sus especificaciones exactas.
“Este es un cambio en las reglas del juego”, dijo el presidente de la marca Nike, Charlie Denson, tras el debut de la Flyknit en Nueva York en febrero. El proceso recorta tanto los costos que “eventualmente podría hacer estos zapatos en cualquier parte del mundo, lo que hace a las cosas muy interesantes”.
Flyknit, que cuesta US$ 150 y llegará a las tiendas de EEUU en julio, es el último producto orientado al grupo de corredores minimalistas, cuyos devotos defienden que el calzado liviano reduce las heridas. La categoría liviana representó casi un tercio del total del mercado de calzado para correr en EEUU el año pasado y fue responsable de todo su crecimiento de 14%, según datos de la firma de investigación SportsOneSource.
Un calzado de una sola pieza
El proyecto de la zapatilla-calcetín comenzó cuatro años atrás como un prototipo de un calcetín pegado a una suela de espuma. El concepto tuvo un rápido respaldo del director ejecutivo, Mark Parker, quien se unió a Nike como diseñador en 1979, cuando hizo una visita al centro de innovación en los cuarteles generales de Nike en Beaverton, Oregon, y vio el calcetín.
“Estaba revisando otras cosas y fue algo como ‘¿Qué es esto?’” dijo Parker a Bloomberg, que entre sus créditos de diseños se encuentra la patente de la Nike Air. “Nos involucramos en esto y fue como ‘wow, esto tiene un enorme potencial’”.
Los diseñadores pronto decidieron que para crear una zapatilla que replicara un calcetín tenían que imitar la forma en que se hace un calcetín. Nike contrató un equipo de programadores de computadoras para tomar una máquina utilizada para coser sweaters y calcetines y remodelarla para que cosiera la parte superior de la zapatilla.
Carretes de hilo de poliéster de colores se meten a la máquina de 4,57 metros, que cose la parte superior del calzado y crea una “segunda piel” como pequeños cables sintéticos cosidos en el tejido alrededor del empeine para dar apoyo.
A diferencia de otros calzados de Nike, no hay recortes de piezas o ensamblajes. La parte superior se hace en una sola pieza y luego es abrochada a la suela. Eso hace que la producción sea más rápida, con menos trabajo y márgenes de ganancias mayores, dijo Parker a Bloomberg. El proceso también coincide con la iniciativa de sustentabilidad de Nike, ya que la cantidad de materiales desechados pesa lo mismo que una hoja de papel.
El trabajo manual necesario para juntar las piezas es la principal razón de que las zapatillas se hagan en los mercados laborales más baratos de Asia. Según el analista de SportsOneSource, Matt Powell, sin ese paso, Nike podría reducir el tiempo de producción al hacer calzado en EEUU y otros grandes mercados. Nike hace 96% de sus zapatos en Vietnam, China e Indonesia.
La flexibilidad creada por una fabricación de calzados más automatizada y barata podría permitir eventualmente que una persona visite una tienda Nike y escanee su pie. El cliente podría diseñar por color y estilo su zapatilla. El software utilizaría la información para hacer calzado personalizado.
El impacto de tejer zapatillas
Las zapatillas livianas de Nike, originalmente un producto de nicho cuando apareció en 2004, son ahora un calzado para correr muy vendido en EEUU. Ayudaron a las ventas de Nike en América del Norte a subir 21% a US$ 1.310 millones en los tres meses finalizados el 30 de noviembre. Actualmente, la mayor categoría del fabricante de equipos deportivos es la de calzado para correr y genera cerca de 50% más que el de basquetbal y fútbol.
Los aumentos en las ventas han coincidido con un alza en las acciones de Nike, que han subido 19% en los últimos doce meses.
El impacto que significa tejer zapatillas en el balance de Nike dependerá de si acaso cumple con las demandas de sus clientes en desempeño y estilo, contó el analista para Sterne Agee & Leach, Sam Poser, a Bloomberg. “Flyknit es solamente un zapato en una compañía que tiene cerca de US$ 23.000 millones de ventas anuales”, acotó.