La inflación y el cepo cambiario ubican a Argentina entre los países que cuentan con la moneda más débil del continente junto al bolívar venezolano. Esto hizo que un grupo de banqueros le plantearan al titular del banco central, Juan Carlos Fábrega, la urgente necesidad de modificar la política de impresión de billetes.
Entre los banqueros la urgencia se hace presente: dicen que al imprimir cinco billetes de 100 pesos argentinos en vez de uno de 500, se produce un despilfarro de recursos públicos, y que, sobre todo, se ha complejizado la carga de los cajeros automáticos o el pago de una deuda ordinaria.